lunes, 16 de febrero de 2009

Say No More PLEASE!

Los cambios en mí y en mi entorno llegaron de nuevo y sin previo aviso. Todo se mueve y francamente no se qué hacer. Me cuesta cerrar ciclos, siempre me costó y MUCHO.

¿Y ahora qué hago yo conmigo?

¿Qué hago con lo que llevo dentro?

¿Qué hago con mi dolor?

¿Qué hago con la angustia que me va comiendo de a poco hasta llevarse lo último que aún me queda de fuerza?

¿Qué hago………. ?

Como pocas veces, realmente no se qué hacer en éste tipo de situaciones, ¡que alguien me ayude por favor!

Quisiera no sentir ésto que siento, y aunque sé que el dolor es inevitable y que por el contrario, nos ayuda a crecer y madurar, hay veces (como ésta) en las que ni a eso le veo sentido. Es como si todo careciera de importancia…. Y me preocupa.

O no sé como plantearlo sin que se preste a malinterpretaciones, pero muchas veces estoy fastidiada de lidiar con mi caótica vida, de cargar un pasado que atormenta y empaña mi presente, estoy harta de sonreír cuando realmente quiero llorar, estoy harta de cargar con el estigma donde mi profesión me obliga a ser perfecta cuando no lo soy ni pretendo serlo, estoy harta de lidiar con cosas con las que no quiero lidiar pero las circunstancias me obligan a ello.

Ya ni llorando me siento mejor, he llegado al punto donde el aplanamiento afectivo ha hecho su magnate aparición.

Quiero olvidar todo lo que me está lastimando, quisiera salir corriendo y olvidarme de todo y todos, quiero enfrentar la vida pero sin cadenas que cargar.

Simplemente quiero un poco de paz….

Quiero volver a ser aquella persona que realmente era feliz, aquella que se fue muriendo lentamente con el paso de los años y con el transcurso de la vida.

Sólo quiero volver a ser esa chica que te presenté....

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sábado, 14 de febrero de 2009

El que busca encuentra....

Quien me conozca sabrá que no soy mucho de internet, fácilmente me aburro y eso de subir fotos no es lo mío. Igual de vez en cuando, en los momentos de ocio puede ser un gran alivio. Y hoy, que tuve un poco de “libertad” me dediqué a navegar en la red, buscando y encontrando una que otra cosa interesante con el fin de pasar un rato. Encontré personas, canciones y uno que otro dato cultural. Como dicen, el que busca encuentra… y lo encontré.

Viendo esas páginas donde la gente sube su información personal, fotos y está en contacto con más gente, encontré su “profile”. Tenía mucho tiempo de no entrar a ese tipo de websites y sin mayores pretensiones lo busqué no creyendo encontrarle. Para sorpresa lo encontré y no sólo eso, vi aquella foto e información de la chica con la cual comparte su vida ahora. Me quedé como “idiotizada” frente al monitor de mi PC.

¿O sea, como? ---- fue la expresión primera emitida por mis labios.

Al principio me sentí como una imbécil, como una estúpida, como la loser mayor del planeta, como la más grande pendeja de las pendejas; sentí que no podía existir peor persona que yo. Me dije: ves “--------“, eso te pasa por buscar éste tipo de cosas, ¿ya estás satisfecha ahora? ¿qué más quieres?

Veía el monitor fijamente, sin parpadear. No supe que hacer. ¿Quién me manda a buscar ese tipo de información?

Yo sabía que él estaba con ella (no pregunten cómo, pero lo sabía), pero tenía tanto tiempo de eso que me pareció una realidad lejana.

Lloré… lloré como estúpida…. mojando mis notas escolares y el monitor, lloré como hacía tiempo no lo hacía, lloré tratando de buscar algún consuelo en mi llanto, lloré como si con mis lágrimas tratara de llamarle, lloré…..

Después me dije: ves, tú llorando aquí como imbécil y él es feliz con ella…. ¿quieres más?

Luego me pregunté: carajo, ¿Por qué diantres lloras?.... tampoco es que pretendiera psicoanalizarme, pero traté de buscar el motivo de mi llanto.

Sé que a veces con mis escritos hace su aparición la contradicción, y no lo niego.

Me pregunté: ¿Te duele ver esa foto?

Sí—me respondí.

Por qué?


Es raro—me dije—no es que no quiera verlo feliz.

Entonces?—me volví a preguntar tratando de buscar la lógica en mis acciones.

Es que aún me es complicado asimilar la idea, no sé, es raro. No siento odio, menos rencor, no le deseo el mal (al contrario, él más que nadie merece ser feliz), quiero verlo contento, quiero que cumpla sus metas… sólo que me cuesta digerirlo.

Qué parte es la que no te termina de gustar entonces? --- seguí preguntándome --- ¿el hecho de que esté con ella y no contigo, de que ya ni siquiera te busque, los celos, o qué?

Pues, también me atormenta la idea de que se entere de todo esto “------“(mi actual pareja).

¿Qué diría él de éste blog, de éstos escritos dedicados a otro chico y de que estoy llorando por alguien más? Le estoy mintiendo. Peor me sentí.

Finalmente y sin afán de seguir mi autoanálisis concluí que tengo más que claro que quiero verlo feliz, no importando donde esté esa felicidad… sólo que me cuesta trabajo asimilar la idea, de verlo con mis ojos, de “quitarme la duda”…. Y siento feo que hayamos terminado de la forma en que terminamos.

Si bien al principio me dije: Yo estoy como una estúpida llorando por él cuando él ni se ha de acordar de mi; después me dije: ¿y él qué obligación tiene de pensar en ti? En todo caso la bronca es tuya, no de él.

Probablemente todo se acentuó por la coincidencia con el día del amor, pero después de hacer mi berrinche me puse a pensar en lo infantil que aún puedo ser (lo admito). Afortunadamente él ya no ve todo esto pues de verlo no se qué concepto se seguiría formando de mí. Después de mis múltiples pensamientos ilógicos, di gracias porque él está bien, porque es feliz y porque lo veo estable (cosa que le faltaba con urgencia). En silencio le pedí perdón por el egoísmo mostrado y por momentos enojarme por cosas sin logica ni coherencia. También le pedí perdón a la otra persona por no ser 100% sincera.

Quiero aclarar que no es que no quiera verlo feliz, sólo admito que aún me cuesta algo de trabajo asimilar ese tipo de detallitos, pero quiero pedir paciencia; estoy trabajando muchísimo en mí para superar y poder manejar de una forma más madura mis emociones, mis pensamientos y mis acciones. No soy egoísta (aunque nadie me crea), sólo es que las cosas han y siguen cambiando un poco.

lunes, 9 de febrero de 2009

Ayer te llamé.

Sin poder evitar la nostalgia y la desesperación por saber de ti, sin pensarlo demasiado tomé mi teléfono y en automático marqué tu número telefónico. No sabía que iba a decirte, tampoco sabría que me dirías al saber que la que llamaba era yo… igual nada de eso me importó mucho, no pensé en las posibles consecuencias y simplemente te llamé.

Muchas veces te llamaba con cualquier pretexto tonto con tal de saber de ti, moría por saber cómo estabas, que habías hecho….

En la mayoría de los casos te hablaba por que necesitaba un amigo, un amigo que simplemente me escuchara, me comprendiera, me diera apoyo y me hiciera saber que de cierta forma no estaba sola, pero cuando me respondías el teléfono sólo era para insultarme, gritarme, herirme y después simplemente colgarme sin dejarme siquiera decirte algo. Tampoco te culpo, la situación era bastante compleja en ese entonces…. Al final sólo buscaba ese hombro cálido en el cual llorar y encontrar un aire de consuelo. Curiosamente jamás me permitiste decírtelo. Y probablemente de haberlo dicho dudo que me hubieras creído.

Entre cierta parte de pretexto, cierta parte formada por la excusa y otra cierta parte formada por la necesidad de hablarte, mi impulsiva conducta me llevó a marcar tu número y ver qué sucedía.

Dicen que todo pasa por algo, y afortunada o desafortunadamente (aun no lo sé) lo único que obtuve de mi llamada fue la armoniosa voz de la contestadora de la compañía telefónica comunicando que el número ya no existía. Era el único número que tenía tuyo, los otros se perdieron junto con mi antiguo celular.

Así que dejé el teléfono en su lugar, me recosté sobre mi cama y mientras el ruido de la televisión se robaba parte de mi atención, pensé en el tiempo en el que no he sabido absolutamente nada de ti (que es ya demasiado), pensé en lo que pudiéramos estar haciendo de seguir juntos en èste momento de nuestras vidas, pensé en mil cosas que me hubiera gustado compartir contigo en estos momentos. Mil planes llegaron de pronto a mi imaginación y pensé en lo lindo que sería seguir a tu lado.

De pronto me di cuenta que me estaba yendo a otro mundo, un mundo imaginario que justamente permanecerá ahí, sólo en mi imaginación y en mis sueños.

Sé de sobra que uno tiene que ubicar su realidad, que no se debe pensar en el pasado (pues justamente ya pasó y no podemos hacer nada por cambiarlo) ni en el futuro (al cabo que aún no llega) pero creo que no cuesta nada soñar un poquito …. y asì (otra vez) soñè contigo.

Así que de golpe volví a la tierra de los mortales, y yendo de la cama al living (diría Charly) decidí “aterrizar” mi mente y disfrutar lo que sí tenía en mi realidad…un chocolate.