martes, 9 de noviembre de 2010

9 de Noviembre.


Llámenle nostalgia, masoquismo o pérdida de tiempo, al final de cuentas es lo mismo.

A veces me doy lástima por vivir recordando, así soy y creo que moriré así.

El día que nos volvimos novios fue un día exactamente como hoy, Martes 9 de Noviembre pero de 2004 (¿Se dan cuenta? Otro 9 en mi vida). Noviembre para mí es un mes jodidamente nostálgico, no sólo por esto, sino por más asuntos que me han sucedido en este mes.

En la misma habitación donde te dije: "Pero por supuesto que quiero ser tu novia, es lo que más deseo en el mundo" es el mismo lugar donde escribo este texto. El sentimiento es diferente, la situación es diferente... sólo coincide una fecha irónicamente absurda.

¿Será que las mujeres nos hacemos más lios con aquello de fechas, aniversarios etc? Puede ser, pero hoy me fue inevitable acordarme de ti... y es así.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Noche mágica.

Con la euforia desbordada escribo este texto, no podría hacerlo en mejor momento. A las 11:42pm llegué a mi casa después de uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida, el mismo al que hago alución en mi anterior entrada "Divinos pensamientos".

Toda la semana en mi cabeza rondaron diversas preguntas, la más recurrente era si estarías ahí. Un día antes me puse de acuerdo con el amigo que sóliamos tener en común y con el cual iría al recital.

-Yo llevo mi carro, yo paso por ti y te regreso a donde me digas- Le dije.

-Me parece bien, yo pago el estacionamiento y a la otra yo pongo el auto- Respondió.

Así que desde temprano me preparé para salir a tiempo y no llegar tarde ni con mi amigo ni al recital.

Con el cabello ondulado/rizado, tacones y abrigo negros me dispuse a manejar sabiendo que sería una gran noche.

Ya con mi amigo en el auto, en silencio imaginé que eras tú el que estaba a mi lado, que mientras yo conducía tú ponías algo de música y me contabas una de esas historias que siempre disfruté en tu voz y en tus labios con el toque de humor que tanto te caracterizaba.

El tráfico, el estacionamiento lleno y el intenso frío no fueron suficientes para borrar la sonrisa que se dibujaba en mi rostro por la ilusión de ver a este genio de la música que escuchaba antes de conocerte, pero que amé gracias a ti.

-¿No ves a tu amigo por aquí?- Dije mientras cruzábamos la puerta principal.

-Pues no, ya debe estar adentro, ya casi empieza el recital- Respondió.

La aparición de temas que no creí que interpretaría me hizo olvidarme hasta del cansancio provocado por los tacones... pero al escuchar el primer tema que me dedicaste cuando estábamos juntos hizo erizar mi piel y sentir un frió en mi espalda que recorrió todo mi cuerpo. "Dios santo! qué bello abril sos vos".

Mi otro yo: ¿Y si le marcas?

Yo: ¿Para qué?

Mi otro yo: No sé, le dices que no esperabas que cantara esta canción y te acordaste de él.

Yo: No creo que me conteste... bah! Lo último que haría es responderme el teléfono en medio de un recital. Cállate por favor que intento disfrutar el concierto.

Enfrente de nosotros estaba una pareja, el parecido de este chico contigo atrapó mi atención inmediatamente y al ver la forma en que abrazaba a su novia me provocó mucha ternura. Por un momento pensé que eras vos con tu Mágica ilusión a la que tanto amas, también me proyecté e imagine que éramos vos y yo.

Mi otro yo: ¿Te imaginas que fueras tú con él?

Yo: ... Y sí, siempre quise ir a un recital con él, era un plan de ambos que nunca se pudo cumplir.

-Pues yo no veo a mi amigo por ningún lado- Me dijo mi acompañante entre risas en medio de una canción.

A veces creo que aunque pasen los años y anque en el camino se cruzen diferentes personas, se lleva a esa persona para siempre en el alma... sentí eso cuando el cantante en cuestión cambió la letra de la canción y dijo: "Yo me muero con Fabiana Cantilo". Confieso que mi corazón latió fuerte. ¿Le pasará lo mismo a él tambien o me estoy proyectando? Desconozco la respuesta.

Sin duda uno de los mejores recitales que he podido ver. Un concierto plagado de magia, emociones y una vibra hermosa siempre se agradecen.

Afortunada o desafortunadamente no te vi(mos). ¿Sabes? No me da vergüenza escribir lo que siento, ni que lo sepas. El sentimiento que llevo por dentro va mucho más allá de interpretaciones banales y retorcidas, de malos entendidos mezclados con suposiciones poco acertadas. Esto simplemete es así, sin ir más lejos.

Son las 2:29am y aún tengo una euforia incontrolable.

Se dice que el mejor momento para pedir un deseo es en un concierto pues la energía concentrada del lugar ayuda a que se pueda realizar. Yo pedí el mío...

jueves, 14 de octubre de 2010

Divinos pensamientos.


De un tiempo para acá, me he reencontrado con mucha gente de mi pasado. He vuelto a tener contacto con amigos de la Primaria y Secundaria; escuela donde ambos estudiamos. Para mí ha sido muy grato volver a charlar con gente que creí nunca volvería a ver. Y entre plática y plática surgiste tú. No me preguntes cómo, pero así fue. Una de esas personas me comentaba cómo fuiste en esa etapa y de la bonita amistad que llevaron cuando eran niños.

“Fue mi mejor amigo hasta que nos cambiaron de salón” –Me dijo.

“No pensé que lo conocieras, nunca los vi juntos, estoy muy sorprendida” --Dije.

La otra persona fue el amigo que nos presentó hace años, aquel amigo que teníamos en común y que fue una parte importante en nuestra historia. Nos vimos en un centro comercial ya que fuimos a comprar boletos para el recital de aquel cantante argentino del cual los 3 somos fans, pero en especial tú. Nos sentamos a charlar gran parte de la tarde y casi el primer tema fuiste tú. Me reveló cosas de ti que ignoraba por completo, en mi mente sólo decía: Y yo que creía conocerlo bien… que equivocada estaba. Me dijo tantas cosas que me hizo extrañarte por un minuto… o tal vez un poco más.

“¿Y qué vas a hacer si nos lo encontramos en el recital?”

“No creo que eso pase, y si pasa, te dejaré con él y yo me iré a otra parte”

“Cálmate, ¿Por qué harías eso? ¿Tan mal quedaron de nuevo?”

“No, no es eso, claro que tengo muchísimas ganas de verlo, de abrazarlo, de decirle que lo quiero… pero me da miedo que lo malinterprete, que se asuste, que no lo entienda o peor aún, que no me crea… Me da miedo que piense que estoy obsesionada con él como siempre lo creyó. Simplemente le tengo cariño por que lo fue, nada más. Sólo es que no quiero que lo malinterprete de nuevo, a pesar de que quiero verlo, es mejor dejar las cosas así para evitar malos entendidos”

Y es así…

Llegué a mi casa con una sensación extraña, con una necesidad de buscarte, con un vacío inexplicable. Te extrañé mucho. Me pareció increíble como día a día conozco un pedacito de ti, descubro algo nuevo que me hace admirarte más cada día.

sábado, 9 de octubre de 2010

9 de Octubre.


Si de algo debo estar agradecida, es de poder compartir la fecha de nacimiento con uno de los más grandes genios que ha dado el mundo: Lennon.

Él cumpliría 70... yo sólo cumplo 23.

martes, 14 de septiembre de 2010

Carta a Héctor Correa Cardoso.

Admito que me da pena escribir esto, desconozco el por qué. No sé si sea correcto poner tu nombre en un blog público… sin embargo, lo hago como un homenaje por todo lo bueno que vivimos juntos y por lo importante que ERES para mí.

Bien, comienzo:

Tengo que ser sincera conmigo misma. Es hora de “verme al espejo”, admitir mis errores y tratar de mejorar. También debo reconocer mis cosas positivas para mantenerlas.

Ese proceso de auto reconocimiento nunca me fue nada fácil.

Siempre me educaron bajo un lema: PERFECCIÓN. Si no era la mejor, la única, la más… no era nada, no era nadie.

Crecí así, compitiendo contra el peor monstruo que me habían presentado: yo. Los errores no cabían en mi mundo, así de fácil.

Fallar era lo peor que me podía pasar, era sinónimo de ser estúpida, incapaz, mediocre, tonta. Me era tan perturbador no ser la mejor que se destruía por completo mi autoestima y mandaba lejos la poca confianza que podía tener en mí.

Esto siempre se ha visto reflejado en todos y cada uno de los aspectos de mi vida. Contigo no fue la excepción.

En mi afán de convencerte de que era perfecta me vi orillada a cometer errores fatales; el más grande, quizá, fue mentirme a mi misma… por ende terminé mintiéndote a ti.

Mentí sobre mi pasado, sobre mi presente, sobre mi vida, mis gustos, mis pensamientos, mi ideología etc. etc.

Me doy vergüenza.

Mentí sobre cosas tan elementales que logre que tus ojos vieran una persona totalmente ajena a lo que realmente soy. Negué mi parte más vulnerable para parecer y sentirme más fuerte. Negué que negaba todo eso para convencerme de que podía ser aquella utopía a la que había crecido y vivido aferrada.

Si lo admito es porque me he dado cuenta del gran daño que me hecho, porque me cansé de no ser yo y porque he comenzado un proceso de aceptación. .. Tal vez tardío pero quiero ser yo.

Me duele y me pesa en el alma que hayas padecido y vivido esta etapa; tu menos que nadie lo merecía.

Sin decir más, quiero terminar diciendo 3 cosas:

Gracias por los momentos que compartimos juntos, me los llevaré el resto de mi vida en mi corazón.

Te quiero y lo haré siempre, nunca lo olvides, nunca lo dudes.

Perdón por mis errores, sé que fueron muchos pero nunca intencionales.

jueves, 29 de julio de 2010

Mi gran día (Segunda parte).

Recuerdo que cuando lo conocí, me enamoré de su mirada. Tenía una mirada especial, única, profunda, sincera…

Cerré la puerta y me dirigí al centro del auditorio, caminé lentamente con la excusa de que estaba nerviosa, pero en realidad era por alguna absurda esperanza de oír que alguien llamaba a la puerta y que fuera él.

Yo: Comencemos.

Mi otro yo: Espera 5 minutos más, probablemente no debe tardar, tal vez…

Yo: ¿A quién quiero engañar? No va a venir.

Mi otro yo: Pero y si….

Yo: Mejor concéntrate en lo que tienes que decir.

Sinodales: Daremos inicio a la lectura del acta….

Mi otro yo: No voy a poder, no voy a poder!

Yo: Cállate y concéntrate de una buena vez.

Sinodal 1: Listo, puedes comenzar, te escuchamos.

Mi otro yo: Tal vez esté afuera, debería ir rápido a ver…

Era mi examen profesional, el examen requerido por algunas facultades para recibir oficialmente el título de Licenciatura, Bachelor o como gusten llamarle a los estudios superiores.

Hablé, expuse mi tesis en 20 minutos y fue sometida a más de una hora de preguntas por parte de los 3 sinodales que evaluaban mi trabajo.

Sinodal 1: Bueno, necesitamos que nos esperen afuera para tomar una decisión…

Mi otro yo: Corre y ve a ver si está allá afuera!

Salí acompañada de mi familia y amigos, abrí la puerta con el mismo sentimiento con que la cerré horas antes; efectivamente, no había nadie. Los 10 minutos de espera los percibí como eternos mientras no dejaba de buscarlo entre la gente que pasaba, con la esperanza de verlo llegar con alguna excusa de su demora… pero que llegara.

Era un momento importante para mí, sin embargo él no estuvo ahí… La razón del por qué decidió no asistir a mi evento será una duda que me acompañará el resto de mi vida.

LAMENTO LA AUSENCIA, ESTABA DE VACACIONES... LOS QUIERO A TODOS!

miércoles, 28 de abril de 2010

Mi gran día (Primera parte).


Mi otro yo: Es hora, levántate que se hará tarde.

Yo: Ya se, apenas son las 6: 00 am

Mi otro yo: Pero se hará tarde y hoy es el gran día, perdón, TU gran día.

Yo: Cierto, estoy nerviosa… ¡Mamá! Apúrate que tenemos que salir temprano.

Mamá: No olvides la sombrilla y el abrigo que está lloviendo muy fuerte.

Mi otro yo: ¡Qué raro! Había hecho un calor insoportable estos días y justo hoy llueve a cántaros, ¿buen presagio?

Yo: ¿?

Hermana: Ya deberíamos irnos.

Yo: ¿Qué falta? ¿Está todo listo?

Mi otro yo: Llevo la USB, la tesis, el resumen… algo se me olvida, estoy segura, siempre olvido algo.

Yo: No te puedes dar el lujo de olvidar algo, hoy no, revisa bien porque ya es hora de partir.

Mi otro yo: Ya, ya llevo lo necesario… estudiemos en el camino: cronología, historia, definición de…

Yo: No, definitivamente no puedo, estoy muy nerviosa.

Mi otro yo: ¿Crees que vaya?

Yo: Quien sabe, probablemente sí… ojalá lo vea ahí.

Mi otro yo: ¿Irá con su mamá? ¿A quién llevará? O tal vez vaya sólo (bueno, eso si va)… ¿y si no llega? O peor aún, ¿si llega con su novia, qué haré? Ya sé, les diré que se suspendió mi evento y que será otro día… Noooo! Les diré que se larguen; a él le diré que es un pobre imbécil al que no quiero volver a ver en toda mi vida y a ella que es una cualquiera y que….

Yo: ¡Suficiente! Estuvo buena la telenovela pero ya cálmate y mejor ponte a leer.

Mi otro yo: Si, lo siento, son los nervios y el estrés, ya no sé ni lo que pienso.

Yo: Aquí es, tomen asiento en lo que voy por el material que necesito.

Sinodal 1: ¿Llegué muy temprano o todos están retrasados?

Yo: Llegamos temprano, todavía faltan como 40 minutos.

Amiga 1: ¿Te ayudo a conectar la laptop y los cables?

Yo: Sí, por favor.

Mi otro yo: A lo mejor ya viene ¿Crees que llegue?

Yo: No pienses en eso ahora, concéntrate o se te olvidará todo.

Sinodal 2: ¿Quien falta?

Yo: El sinodal 3, aún es temprano.

Amiga 2: ¿Dormiste?

Yo: ¡Gracias a las pastillas!

Mi otro yo: Era para que tu invitado ya estuviera aquí, vive cerca, siempre es puntual…

Yo: (suspiro).

Sinodal 3: ¿Empezamos?

Mi otro yo: Noooo, no ha llegado, esperemos un poco, no debe tardar, debe estar cerca, ya va a llegar…. Sé que va a llegar.

Yo: Sí, podemos empezar.

Me levanté, me dirigí a la puerta con una sensación entre desconcierto, nerviosismo, tristeza y esperanza; la perilla fue tocada por mi mano mientras que mis ojos te buscaban entre la gente que pasaba por ahí; el ruido producido por el cierre de la puerta rompió el brutal silencio que invadía el auditorio, ese sonido que al instante reconocí como macabro, resonó en mi cabeza logrando en mí un efecto paralizante que debieron ser unos cuantos segundos, pero para mí, fueron una eternidad.

Comencé…. Y no, no estuviste ahí.

Continuará…..