sábado, 14 de febrero de 2009

El que busca encuentra....

Quien me conozca sabrá que no soy mucho de internet, fácilmente me aburro y eso de subir fotos no es lo mío. Igual de vez en cuando, en los momentos de ocio puede ser un gran alivio. Y hoy, que tuve un poco de “libertad” me dediqué a navegar en la red, buscando y encontrando una que otra cosa interesante con el fin de pasar un rato. Encontré personas, canciones y uno que otro dato cultural. Como dicen, el que busca encuentra… y lo encontré.

Viendo esas páginas donde la gente sube su información personal, fotos y está en contacto con más gente, encontré su “profile”. Tenía mucho tiempo de no entrar a ese tipo de websites y sin mayores pretensiones lo busqué no creyendo encontrarle. Para sorpresa lo encontré y no sólo eso, vi aquella foto e información de la chica con la cual comparte su vida ahora. Me quedé como “idiotizada” frente al monitor de mi PC.

¿O sea, como? ---- fue la expresión primera emitida por mis labios.

Al principio me sentí como una imbécil, como una estúpida, como la loser mayor del planeta, como la más grande pendeja de las pendejas; sentí que no podía existir peor persona que yo. Me dije: ves “--------“, eso te pasa por buscar éste tipo de cosas, ¿ya estás satisfecha ahora? ¿qué más quieres?

Veía el monitor fijamente, sin parpadear. No supe que hacer. ¿Quién me manda a buscar ese tipo de información?

Yo sabía que él estaba con ella (no pregunten cómo, pero lo sabía), pero tenía tanto tiempo de eso que me pareció una realidad lejana.

Lloré… lloré como estúpida…. mojando mis notas escolares y el monitor, lloré como hacía tiempo no lo hacía, lloré tratando de buscar algún consuelo en mi llanto, lloré como si con mis lágrimas tratara de llamarle, lloré…..

Después me dije: ves, tú llorando aquí como imbécil y él es feliz con ella…. ¿quieres más?

Luego me pregunté: carajo, ¿Por qué diantres lloras?.... tampoco es que pretendiera psicoanalizarme, pero traté de buscar el motivo de mi llanto.

Sé que a veces con mis escritos hace su aparición la contradicción, y no lo niego.

Me pregunté: ¿Te duele ver esa foto?

Sí—me respondí.

Por qué?


Es raro—me dije—no es que no quiera verlo feliz.

Entonces?—me volví a preguntar tratando de buscar la lógica en mis acciones.

Es que aún me es complicado asimilar la idea, no sé, es raro. No siento odio, menos rencor, no le deseo el mal (al contrario, él más que nadie merece ser feliz), quiero verlo contento, quiero que cumpla sus metas… sólo que me cuesta digerirlo.

Qué parte es la que no te termina de gustar entonces? --- seguí preguntándome --- ¿el hecho de que esté con ella y no contigo, de que ya ni siquiera te busque, los celos, o qué?

Pues, también me atormenta la idea de que se entere de todo esto “------“(mi actual pareja).

¿Qué diría él de éste blog, de éstos escritos dedicados a otro chico y de que estoy llorando por alguien más? Le estoy mintiendo. Peor me sentí.

Finalmente y sin afán de seguir mi autoanálisis concluí que tengo más que claro que quiero verlo feliz, no importando donde esté esa felicidad… sólo que me cuesta trabajo asimilar la idea, de verlo con mis ojos, de “quitarme la duda”…. Y siento feo que hayamos terminado de la forma en que terminamos.

Si bien al principio me dije: Yo estoy como una estúpida llorando por él cuando él ni se ha de acordar de mi; después me dije: ¿y él qué obligación tiene de pensar en ti? En todo caso la bronca es tuya, no de él.

Probablemente todo se acentuó por la coincidencia con el día del amor, pero después de hacer mi berrinche me puse a pensar en lo infantil que aún puedo ser (lo admito). Afortunadamente él ya no ve todo esto pues de verlo no se qué concepto se seguiría formando de mí. Después de mis múltiples pensamientos ilógicos, di gracias porque él está bien, porque es feliz y porque lo veo estable (cosa que le faltaba con urgencia). En silencio le pedí perdón por el egoísmo mostrado y por momentos enojarme por cosas sin logica ni coherencia. También le pedí perdón a la otra persona por no ser 100% sincera.

Quiero aclarar que no es que no quiera verlo feliz, sólo admito que aún me cuesta algo de trabajo asimilar ese tipo de detallitos, pero quiero pedir paciencia; estoy trabajando muchísimo en mí para superar y poder manejar de una forma más madura mis emociones, mis pensamientos y mis acciones. No soy egoísta (aunque nadie me crea), sólo es que las cosas han y siguen cambiando un poco.