sábado, 10 de abril de 2010

Fuerza de amar.

Ojalá encontrara las palabras exactas para comenzar este escrito; sin lograrlo sólo comienzo así, con esta especie de lluvia de ideas que espero sean la llave para quitarme las cadenas que, de una u otra manera, me atan a ti.

No sé si algún día llegues a leer todos estos escritos; por ahí dicen que los sentimientos son energía, por lo tanto espero que toda esta energía que llevo dentro te llegue de algún modo y así puedas saber (aunque sea un poquito) lo que siento por ti.

“Te esperé 24 años, te puedo esperar lo que sea” – me dijiste un día mientras estábamos en mi automóvil yendo a alguno de esos lugares a los que tanto nos gustaba ir. Nadie me había dicho algo parecido, las palabras no me alcanzarían jamás para describir la felicidad que sentí.

Todavía, después de tantos meses de lo sucedido, esas palabras siguen en mi mente repitiéndose constantemente y llevando a mi corazón a latir con fuerza; fuerza de amor, fuerza de amar. Las recuerdo y siento, te siento a mi lado aún cuando ya no estás aquí.

Hoy sólo me queda eso: tu recuerdo; tu recuerdo que es como una herida sin sanar, un estigma que ahora sé me acompañará el resto de mi vida, un estigma de mi pasado que me marca en el presente; eso eres tú.


Disculpa, ¿me harías un favor? No te mueras sin decirme a dónde vas…