jueves, 22 de enero de 2009

Recuerdos del alma.

Viernes 1 de Abril del 2005

Hola “------“ de mi vida, el motivo de este mal- escrito es darte las gracias por tanto amor, y claro, es ofrecerte una disculpa por mi mal infundada paranoia, más bien no es por ti, digamos es patológico.


Quisiera estremecerte con un beso en este momento, pero casi una ciudad entera nos separa, créeme, no puedo aguantar un minuto más.
Te cuento que escribo esto mientras el profesor de geografía habla y habla, no hace más, habla y habla. Yo escucho a “Bigotes” y escribo esto mientras él hace lo propio: “Yo no te voy a olvidar, vos ya sos parte de mi historia”—canta “Bigotes”.


Hasta las peleas quedarán en la historia, son parte de crecer, y qué mejor que crecer juntos, mi vida.

Ahora escucho: “vení, volá sentí….” La música mueve al alma, señora, y tú eres como una hermosa sinfonía que hace temblar todo en mí cada vez que la escucho.

Y como dije, gracias “-------“por dejarme volar, soñar y amar contigo.

TE AMO
Atte: “--------“


“Y te daré mi sangre cuando te vayas, para que vos la guardes, y esa sangre en tu cuerpo se convertirá en……”


Masoquismo, enfermedad, locura, obsesión, recuerdos, nostalgia….llámenle como gusten, el adjetivo es lo de menos, al final de la historia un adjetivo con el otro está estrechamente relacionado con el resto de los mismos.

Perdí mi USB (crisis total, me mato de la angustia, tenía cientos de cosas “personales” ahí), y al comenzar mi búsqueda empecé por mi mochila escolar---lugar donde se supone debería estar.

Seguí dicha exploración en mi escritorio—segundo lugar donde podría estar puesto que la uso con bastante frecuencia. En ambos lugares la búsqueda tuvo resultados negativos. Proseguí mi investigación en un cajón donde usualmente guardo de todo: dinero, aretes, medicinas… así que en mi desesperación convertida ya en ese punto en histeria, saqué dicho mueble y vacié todo su contenido sobre mi cama. Hasta atrás de dicho cajón encontré una caja donde guardo cosas con un alto valor sentimental.

En su interior se pueden encontrar distintas cosas, principalmente cartas. Abrí algunas de ellas y me (re)encontré con grandes emociones. Entre tanto recuerdos me topé con sus cartas, cartas de aquél personaje al cual he dedicado diversos escritos aquí. Al leerla me di cuenta que había olvidado su letra, que había olvidado las hermosas palabras que solía dedicarme entre otras cosas más.

Terminé de (re) leer y caí en cuenta de muchas cosas, entre ella que lo que tuve con él fue real, pues muchas veces llegué a pensar que todo había sido producto de mi imaginación y de mi ya conocida psicosis.

No voy a mentir: sentí tantas cosas de nuevo….

Muchas ya las he descrito con anterioridad así que no pretendo ser repetitiva, pero si algo descubrí que me hizo de cierta manera feliz fue que a pesar de todo lo malo que nos pasó, el amor que hubo entre él y yo fue inmenso, sincero y desinteresado. Así que al terminar de (re) leer todas las cartas sólo pude dar gracias a la vida, al destino, a Dios o a lo que haya sido que me permitió estar a su lado, conocerlo y amarlo.

En increíble cómo pueden pasar los años, cómo se pudieron haber pasado por diversas situaciones, como las circunstancias pudieron haber cambiado, como el destino pudo unir- separar cosas y al final hay cosas que permanecen INTACTAS.

Les comparto una de las cartas que dicho personaje me dio en su momento, nótese y por obvias razones que los “-------“incluidos en el texto son en sustitución de algún nombre, pues prefiero evitar mencionar identidades.