Las casualidades en mi vida nunca dejan de sorprenderme. Dice Cerati que “nada es casualidad”.
De la nada mi madre me preguntó: “Oye, ¿cómo está “-----“? ¿Qué ha hecho? ¿Cómo ha estado? Cuéntame de él….
Me quedé helada con sus interrogantes y al momento lo único que pude articular fue: ¿y por qué las preguntas?
“No sé, me he acordado mucho de él últimamente”….
Toda respuesta que pudo emitir mi cuerpo, mi voz, mi mente y mis pensamientos se cortaron de tajo, simplemente no reaccionaron más.
¡Qué raro! --- fue lo único que pensé en silencio mientras estábamos atrapadas en el tráfico.
Cuando pude pensar un poco, cambié el rumbo de la conversación tomando como tema el tráfico de la ciudad, pero en mi interior mi mente no dejaba de cuestionarse la extrañeza de aquellas preguntas.
¿Mi madre preguntándome por él? Y más extraño aún, ¿mi madre acordándose de él últimamente? ¡Imposible!
Ya en la soledad de mi habitación, aquellas preguntas seguían atormentándome…. Y más porque últimamente también yo me he acordado de él, he soñado con él… vaya extrañas casualidades me da la vida.
Dicen varias teorías derivadas de la Física que la energía se transmite, los pensamientos son energía y que esa energía “viaja” para finalmente volver esos pensamientos realidad.
Dicen que si de pronto, sin motivo aparente te acuerdas de alguien es porque ese “alguien” también se acordó de ti, pues dicha energía transmitida por ambos coincidió en algún punto hasta encontrarse.
¿Me acordé de él porque él se acordó de mi?
¿será?....
