miércoles, 18 de marzo de 2009

Matias.

Es el nombre que le di al ser que todavía no nace pero sé por mi “sexto sentido” que será un varón.
No puedo esperar a que llegue el día en el que finalmente lo tenga entre mis brazos. Muero esperando a que llegue el momento en el que pueda ver al fin sus ojitos, por saber cómo será el timbre de su voz y por conocer cuál será su comida preferida.

Espero con poca paciencia el día en el que pueda alimentarlo, cuidarlo, bañarlo, dormirlo entre mis brazos, ver sus primeros pasos y escuchar su tierna vocecita llamándome.
Quiero saber cuál será el color de su cabello, de su tez y de sus ojos. Quiero saber la forma que tendrá su nariz y su boca.


Tus travesuras serán para mí una oportunidad extraordinaria de conocerte, de enseñarte y de convivir contigo en una parte de tu mundo.

Aunque la espera sea larga y se perciba como eterna, al final sé con certeza que habrá valido la pena….