miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cuentos Prohibidos Rusos.


Otra de mis pasiones es la lectura; siempre cargo con un libro entre mis curiosidades, aprovecho cada instante que tengo para leer mientras espero, mientras voy de camino a algún lado (y no voy manejando, claro) o me encuentro en la tranquilidad de mi habitación.

Terminé de leer un libro estupendo y hoy quiero compartirlo con ustedes: Cuentos Prohibidos Rusos.

Esta obra clásica contiene, además de cuentos rusos, cuentos ucranianos y bielorrusos. Aquí se recopilan historias publicadas por primera vez en 1855 pero debido a la gran controversia que causaron dichas historias, la censura no se hizo esperar y no fueron publicados. La magnífica recopilación que logra Afanásiev de los “Cuentos Prohibidos Rusos” incluye tanto cuentos eróticos como cuentos anticlericales. En dichos textos la crítica a la iglesia y el vocabulario “altisonante” se hacen presentes en todo momento; motivo principal de la censura en Rusia.

Déjenme decirles que en verdad los cuentos son fantásticos; la ironía y el erotismo cargado con humor hacen que los casi 80 relatos recopilados sean un deleite para el lector. Les dejo uno de los cuentos para que se den una idea de lo que trata la obra:

Cuento XXVIII
"La Mujer Del Ciego"


Había una vez un señor y su esposa. Un día el señor se quedó ciego y la señora se lió con un criado. El señor está preocupado de que su mujer se la pegue con alguno y no le deja dar un paso sin él. ¿Qué se puede hacer?

Una vez va al jardín con su marido, y va también el criado. Le entran ganas de pegársela con el criado. El marido ciego está debajo del manzano, mientras la mujer está a lo suyo, dándose el lote con el criado.

En ese momento el vecino se asoma a la ventana que da al jardín y ve el espectáculo: el criado monta a la señora; entonces el vecino le dice a su mujer:

-Mira, alma mía, lo que están haciendo debajo del manzano. Figúrate lo que sucedería, si Dios abriese los ojos al ciego y los viese. ¡La mata a palos!

-¡Bueno, alma mía! Ya verás que Dios le echa un capote a nuestra hermanita.

-¿Y qué capote le puede echar?

-Cuando llegue el momento, ya lo verás.

Ante aquel pecado, Dios abrió los ojos al ciego; éste ve que su criado monta a su mujer y grita:

-¡Ah, putón! ¿Qué haces, maldita cerda?

A lo que la señora:
-¡Qué feliz soy, querido! Anoche tuve un sueño: si pecas con tu criado, el Señor, como recompensa, abrirá los ojos a tu marido. Y así ha sucedido, gracias a mi sacrificio, Dios te ha devuelto la vista.

Título: Cuentos Prohibidos Rusos
Autor: Alexandr N. Afanásiev