lunes, 22 de diciembre de 2008

Thelma & Louis.

La historia que contare a continuación dará un pequeño giro en comparación con lo que he venido escribiendo. Quiero hablarles de una gran amistad que jamás creí llegar a tener.

Cuando entré a la preparatoria, la mayoría de los que ahí iban me parecían tan sui generis que francamente me daba algo de flojera entablar alguna amistad con aquel grupo de primer cuatrimestre. Y es que siempre he sido complicada… pensándolo bien hay una alta probabilidad de que la sui generis, fuera de la norma y salida de cualquier estándar grupal fuera yo y no el grupo… siempre he sido así y siendo sincera me gusta, pero reconozco que desde siempre ha habido en mí un alto nivel de complejidad en eso de establecer relaciones, ya sea por mi temperamento o mi forma de ser. Es complejo tanto para entender como para tratar de explicar pero mi extraña forma de ser me ha traído problemas en distintos ámbitos, así como el extraño hecho de lidiar con esa parte de mi misma pues me es prácticamente imposible luchar contra mí.

El primer día de clases de la preparatoria conocí gente con quien en la actualidad sigo teniendo cierto tipo de contacto, pero particularmente conocí a alguien que con el paso del tiempo me ha marcado indudablemente. Ella, al contrario de mí, siempre ha sido mucho más sociable y sin duda fue ella quien comenzó nuestra amistad y nuestras primeras pláticas.

¿No te quieres cambiar de mesa, y nos sentamos todas allá? – fueron sus primeras palabras dirigidas a mí. Accedí amablemente y pasamos el resto de las clases junto a otras chicas con las que con el paso del tiempo formamos un grupo que en su mayoría siguió unido hasta la conclusión de nuestros estudios (afortunadamente una que otra se fue ¡gracias Dios!).

Admito que al principio no éramos tan amigas, nuestro contacto se limitaba sólo al horario de clases y en ciertas ocasiones cada quien andaba por su lado. Después comenzamos a hablarnos un poco más; empezamos a compartir cosas personales como los novios de aquel entonces, inquietudes, problemas familiares…. En fin, de todo un poco. Por cuestiones de la vida ella dejó los estudios un par de cuatrimestres, dejamos de vernos y tuvimos un contacto muy delimitado que llegaba en su mayor parte a saludos y pláticas esporádicas vía msn. Para ser franca creí que no la volvería a ver pues los cuatrimestres pasaban y mi estancia en aquella escuela se extinguía con bastante rapidez.

Un par de cuatrimestres después, caminando por los pasillos, un amigo que teníamos en común me gritó en medio de la escuela: “¿ya viste quien regresó?” ese amigo venía con ella y estaban caminando hacia mí. Con ese sorpresivo y agradable retorno de ella a la escuela el contacto entre nosotras se hizo de nueva cuenta más frecuente y constante. Éramos varios amigos los cuales nos reuníamos para estar juntos y hacer cualquier cosa; pero los subgrupos no se hicieron esperar y después de ser un grupo de varios integrantes finalmente quedamos sólo 3 chicas; tomábamos clases las 3 juntas, en los recesos y en nuestras clásicas inasistencias a clases estábamos las 3, juntas en la cafetería o en los baños platicando, siempre las 3 juntas; pero curiosamente ella y yo hicimos mas “click”, hubo mucha más identificación entre nosotras, con lo que nos pasaba y definitivamente nuestras personalidades embonaron mucho mejor en comparación con la otra compañera con la cual solíamos estar. Jamás quisimos descartarla de nuestro ambiente, no fue nuestra intensión excluirla ni mucho menos armamos un plan en contra de ella como muchas veces se dijo; así se dio, nos empezamos a llevar mejor ella y yo y punto, no hay mayor explicación; finalmente creo que uno no elige qué sentir por los demás y tampoco elige el hecho de comenzar a llevarse bien con una persona en ves que con otra pues son cosas que se dan por sí solas. Pido perdón si en algún momento ofendí con mi actitud a la otra chica, jamás pretendí hacerlo, pero nunca he sido hipócrita ni me gusta decir algo que no siento, entonces preferí cortar esa relación de tajo pues francamente no había compatibilidad de caracteres (al menos de mi parte) y también comenzaron muchas actitudes por parte de esa otra chica que no me estaban pareciendo en lo absoluto, por eso decidí cortar esa relación definitivamente. Después de la definitiva separación de la otra chica, la amistad entre ella y yo se hizo increíblemente estrecha, fuerte, cercana….y con el paso del tiempo se fortalece más y más.

Hemos hecho infinidad de cosas juntas como armar planes “malévolos” para logar cualquier idea excéntrica que se nos ocurra, nuestros paseos por el metro, las pláticas telefónicas que son diarias y extensas al grado que en nuestras casas alucinan cuando tomamos el teléfono porque saben que no lo soltaremos en largo tiempo… en fin, nos hemos visto crecer con el paso de los años y aunque por circunstancias de distancia y tiempo no nos vemos por periodos largos de tiempo eso no ha sido problema pues considero que nuestra cercanía no está peleada con la distancia física entre ambas. Pasan semanas, meses sin vernos y somos tan unidas como si nos viéramos diariamente.

Ella ha sido la única persona que conoce a la perfección y con lujo de detalles mi relación con el chico que ha servido de inspiración para los diversos textos publicados aquí. Ella ha sido fiel testigo de esa (y otras tantas) historia(s) y me ha brindado su apoyo incondicional en los momentos de crisis, en mis momentos felices y de cambios importantes en mi vida.

Jamás podré agradecerle todo lo que ha hecho por mí, por aguantar mis crisis al teléfono, por apoyarme en mis ideas locas, por su paciencia, por todo…es que de verdad su amistad ha sido mágica, una bendición entre el quilombo de cosas que me han pasado, un pilar que me ha servido para no desfallecer….y es increíble cómo se fue afianzando la amistad con el paso del tiempo cuando todo apuntaba que fuera en dirección opuesta.

Ella es aquella amiga que jamás creí tener, ella es con la que puedo llorar, reír o hacer todo lo que quiera realizar por mas loco o absurdo que eso sea, ella es sin duda parte fundamental y esencial de mi y de mi historia, ella es Ana…gracias por todo amiga, no sé qué haría sin ti, definitivamente si no estuvieras a mi lado mi vida sería completamente distinta, no olvides que siempre estaré aquí para ti. ¡Thelma &Louis!